Crónicas de un freelance encerrado: el comienzo
Trabajar de forma independiente fue una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida. No me arrepiento de haber dejado atrás el estándar laboral de oficina.
Todo pintaba bien desde el comienzo, aunque con uno que otro altibajo por la adaptación que no era difícil de sobrellevar.
Si tuviera que enumerar los beneficios de trabajar desde casa, seguramente el título de este microrrelato no sería el mismo. Una de esas ventajas es que puedes trabajar desde cualquier lugar sin que ningún horario ni ubicación te mantengan atados.
Por eso luego de 2 años de trabajar bajo esta modalidad como freelance, fue que decidí moverme y experimentar la libertad de trabajar mientras estaba viajando, es decir, como nómada digital.
Pero, si toda esta introducción suena genial y todo hasta ahora es solo rosas, ¿por qué el título nos dice que son unas crónicas de «un freelance encerrado«?
¡Chan chan chaaaan chaaaaaaan! (inserte aquí sonido de terror), pues resulta que llegó la nación del fuego y atacó (“la nación del fuego” es una referencia de AVATAR el último maestro del aire). Bueno, no la nación del fuego, fue el COVID pero es casi lo mismo.
Este es un diario que estoy escribiendo un poco tarde, fue algo que debí documentar desde hace tiempo, pero creanme que nunca pensé que perdería mi inspiración por culpa del encierro por medidas de cuarentena.
Después de gozar de una hermosa libertad laboral que por un par de años me permitió moverme a través de continentes sin ningún tipo de restricción, llegó la época que cambió mi vida y me tiró por la borda, haciendome sentir ansiedad y depresión.
Tal vez no sea un diario entretenido como «23 días entrenando la resiliencia» que escribí mientras estaba en Kuala Lumpur, pero si verán un proceso humanode introspección, con el que tal vez podrás sentirte identificado.
Porque aunque muchos colapsamos con esta situación, pocos somos los valientes de compartirlo y mostrar algo de empatía con otros.
Así que si después de todo lo dicho, decidiste quedarte y continuar leyendo, ponte cómodo y agarra tus cotufas (o sea, palomitas de maiz).
Corea del Sur, Enero 2020
Me enteré de la noticia del coronavirus (nombre que le daban para ese momento) exactamente el 21 de enero del 2020, estaba yo descansando en mi hospedaje, luego de tener como 3 días con malestar de gripe.
Al comienzo no me alarmé para nada porque claramente no había ningún indicio hasta la fecha de que las cosas se saldrían de control.
Esa gripe me duró aproximadamente 2 semanas, la cual atendí con fármacos para el resfriado común que vendían sin receta médica. Ya perdí la cuenta de cuantas pastillas tomé. Mi olfato se vio afectado y la comida no me sabía a nada.
Para ese momento, esos síntomas aun no habían sido identificados como síntomas de covid, ya luego que pasaron los meses y se identificaron los síntomas, comprendí que me había dado Covid pero todo bajo control.
Sin embargo, luego de que paises alrededor de China, empezaron a cerrar las fronteras para los chinos, todo comenzó a ponerse un poco extraño y fue cuando las medidas de desinfección en las puertas de todo establecimiento público y el uso de mascarillas era obligatorio.
Aun no tenia miedo, a pesar de todo lo que decían las noticias, en mi mente yo creía que se trataba de algo pasajero.
Me faltaban 20 días para irme de Corea y ya tenía todo un itinerario de viaje para 4 meses:
- Tenía pasaje para Kuala Lumpur, Malasia.
- Hospedaje en Kuala Lumpur, Malasia, por un mes.
- Pasajes para Estambul, Turquía, después de Malasia.
- Hospedaje en Estambul, Turquía, para 3 meses
- Pasaje de salida de Estambul a Bruselas, Bélgica, (que por cierto, perdí).
Como verás, tenía una planificación bastante detallada, para tener todo bajo control. Es una de las cosas que me dan seguridad al viajar, es una sensación que te deja dormir tranquilo cuando eres viajero de bajo costo (como yo, obvio).
Y sí, no me averguenzo de decirlo, yo soy viajera de bajo costo, viajé con 10 kilos de equipaje, porque yo no tengo aun la posibilidad de comprar pasajes de una semana a otra o pagar primera clase u hospedarme en hoteles.
Mi presupuesto es bajo porque siempre vuelo en aerolineas de bajo coste donde si solo llevas 10 kilos de equipaje, el vuelo es super barato. Uso transporte público, cocino y como en casa (un 70% de las veces) y me hospedo en airbnb retirados del centro turístico, generalmente a las afueras de la ciudad que esté visitando.
Asi que imaginate lo que significa para una Sheldon de los viajes como yo que te quiten el control de tu planificación, exacto, caos total.
En el próximo capítulo les hablaré de mi traslado de Corea del Sur a Malasia y como casi casi, me deja el transporte.